dimarts, 28 de febrer del 2017

No hablarás con acento andaluz en el telediario de las 9

Aunque ningún lingüista serio defendería la existencia de variedades de español buenas y malas, los cuñados de la lengua siguen proclamando con entusiasmo que el mejor español es el de Valladolid y que los andaluces hablan fatal.
Elena Álvarez Mellado 
Hace unos días salió publicado que el obispado de Salamanca ha pedido a las hermandades de Semana Santa que eviten usar expresiones andaluzas durante las procesiones arguyendo que "suenan mal".
Aunque es una noticia aparentemente local y sin otro interés que el de seguir los cotilleos de los cofrades y capillitas salmantinos, lo cierto es que recoge uno de los estereotipos lingüísticos más extendidos: lo mal que hablan los andaluces. El mito llega hasta tal punto que no son pocos los andaluces que lo han interiorizado y están convencidos de que hablar como ellos lo hacen es "hablar mal":
En respuesta, existe un cierto contramovimiento de andaluces comprensiblemente indignados que, tras años de cachondeíto autonómico, afean su actitud a quienes ven el seseo en el ojo ajeno y no el laísmo en el propio:
En España tenemos un problema con la diferencia lingüística. Toda forma de hablar que se aleje del acento que supuestamente se considera neutral (básicamente, el castellano de la zona central de la Península) nos hace arrugar la nariz. Pero en estas olimpiadas del desprecio lingüístico, la variedad andaluza ha salido particularmente malparada. En el imaginario colectivo sigue vigente la idea de que el acento andaluz es propio de personas incultas. La representación recurrente y estereotipada de los andaluces en los medios de comunicación ha contribuido a afianzar el estereotipo. El acento andaluz en la ficción audiovisual nacional sirve fundamentalmente para caracterizar al personaje graciosillo, al inculto, al pobre.
Y es que el acento andaluz en los medios de comunicación es aceptable siempre que lo usen folklóricas, toreros y cómicos. Los Morancos pueden tener acento andaluz, pero Velázquez y Picasso (andaluces ambos) hablan un perfecto castellano mesetario en la serie El Ministerio del Tiempo. El personaje de Merche en Cuéntame tuvo acento andaluz en los primeros episodios de la serie, pero finalmente se descartó.
Para visibilizar la falta de representación lingüística en la ficción audiovisual que nos rodea, el investigador de la UPF Jorge Diz ha propuesto recientemente el test de Bérber, una prueba inspirada en el test de Bechdel que mide la presencia femenina en las obras de ficción. Siguiendo la misma lógica que el test de Bechdel, una serie o película pasa el test de Bérber si hay al menos dos personajes que hablen en una variedad lingüística no estándar entre ellos y con un objetivo que no sea cómico o de exclusión. Resulta desolador descubrir hasta qué punto la variedad lingüística está infrarrepresentada en la ficción audiovisual española.
En el gremio de presentadores la cosa tampoco anda mucho mejor en lo que a variedad lingüística se refiere: es sorprendente lo que cuesta imaginar a locutores de telediario dando las noticias en la tele pública nacional hablando con un acento que no sea el estándar precocinado. Resulta refrescante  escuchar a la presentadora de Masterchef Eva González hablando antes de que se le llenara la pronunciación de eses forzadas o descubrir al que fue durante años el hombre del tiempo en TVE1, José Antonio Maldonado, sesear en una entrevista informal en CanalSur. Bajo todos esos frentes de altas y bajas presiones, se escondía un seseante disfrazado de mesetario.
¿Por qué Eva González tiene que maquillar su acento natural bajo capas de dicción impostada cuando habla en TVE-1? En último término, la idea que subyace a la operación de cosmética fonética a la que se somete a quienes hablan con acento andaluz en la televisión nacional es que hay formas de hablar que son aceptables en la esfera pública y variedades de segunda que, aunque pueden tener gracejo, deben permanecer en el ámbito de lo doméstico porque no son serias o válidas. Pero el origen de este doble rasero es una cuestión de poder, no de lengua.
Aunque repetido hasta la saciedad, no es cierto que existan variedades de español que sean objetivamente mejores y peores. ¿Mejores para qué? ¿Según quién? ¿Cómo y quién determina esos supuestos estándares de pureza y perfección lingüística (que huelen más a xenofobia y clasismo que a fundamento lingüístico)?
Lo que los hablantes percibimos subjetivamente como acentos buenos y malos suele ser producto de la influencia cultural y del poder recalcitrante que dejaron ciertas regiones históricamente hegemónicas. El habla de Castilla se convirtió en la de prestigio porque era la forma de hablar propia del lugar de donde emanaba el poder. El acento de la clase dominante pasó a tener prestigio social y se convirtió a ojos del conjunto de los hablantes en deseable, mientras que las formas de hablar de las zonas alejadas de los centros de poder pasaron a ser consideradas provincianas y propias de gentes pobres e incultas.
Nos gusta hablar como habla la gente importante y burlarnos o criticar al que habla de forma diferente. Pero esta es una cuestión social; no hay nada inherentemente mejor o peor en ninguna de las variedades, y, de hecho, qué variedades se consideran de prestigio va cambiando con la historia. El filólogo Nacho Iribarnegaray (más conocido como Vanfunfun en YouTube; sí, hay youtubers que hablan de filología) explica en  esta maravilla de vídeo cuáles fueron los avatares históricos y lingüísticos que dieron lugar a las particularidades de las variedades andaluzas y cómo surgieron los estereotipos que hoy arrastramos y perpetuamos. Sin embargo, aunque ningún lingüista serio defendería la existencia de variedades de español buenas y malas, los cuñados de la lengua siguen proclamando con entusiasmo que el mejor español es el de Valladolid y que los andaluces hablan fatal.
La televisión tiene un enorme poder en lo que a representación y normalización cultural se refiere. De la misma manera que esperamos que la televisión pública recoja los distintos intereses y sensibilidades de la población, sería muy deseable ver reflejado y celebrado todo el abanico de diversidad lingüística de la sociedad en que vivimos y abandonar de una vez el monocultivo del castellano central que copa nuestras pantallas. Y hoy, día de Andalucía, es un buen día para reclamarlo.

dilluns, 20 de febrer del 2017

Concordança del participi

Concordança del participi 

En oracions en què el verb sigui compost (he cantathavia cantat, etc.) i en què el complement directe estigui substituït pronominalment (i, per tant, s’anteposi al verb) i sigui femení (pronoms febles lales i en), el participi del temps compost s’ha de fer concordar (en gènere i en nombre) amb el nucli del complement directe.

Exemple correcteJa l’hem rebuda, la carta que ahir ens vau anunciar.

Exemple correcteLes haureu enllestides demà, les nostres anàlisis?

Exemple correcteN’havíem enviades tres, de convocatòries.


Quan el complement directe anteposat és masculí plural (pronoms febles els i en), la concordança és menys recomanable —per la dificultat de pronunciació— en les formes de participi acabades en dues consonants o més.

Exemple correcteEncara no els hem vistos, els nous ordinadors de rènting.

Exemple correcteAquest mes n’hem signat set, de convenis.

Exemple inadequatAquest mes n’hem signats set, de convenis.
http://www.ub.edu/cub/criteri.php?id=1159

dimecres, 15 de febrer del 2017

El masclisme s'adapta als nous temps

Que aixequin la mà els masclistes de la sala. Ningú, oi? Proclamar-se masclista és políticament incorrecte. Ningú ja no qüestiona el dret de la dona a accedir al mercat laboral o a la universitat. Dimarts se celebra el Dia Internacional de les Dones i les lleis i la societat són avui teòricament igualitàries, però tot i els avenços evidents, continuem sent una societat masclista. “El discurs és igualitari però després no respon a la pràctica”, diu la sociòloga Sara Moreno. Es reprodueixen models tradicionals. “Un dels problemes és que a la generació filla de la democràcia se la va educar en un hipotètic context d’igualtat però a casa es reproduïen els rols tradicionals d’home i dona i això condiciona molt”, afegeix. Han desaparegut les formes més evidents de masclisme -una dona ja no necessita el permís del seu marit per obrir un compte bancari- però el masclisme agafa formes més subtils. “Vivim en una societat patriarcal. El masclisme ha suavitzat les formes per adaptar-se als nous temps i, en el fons, tots som còmplices d’un sistema que perpetua aquestes actituds”, diu el sociòleg i professor de la UdG Paco Abril. Repassem algunes de les formes que adopta el neomasclisme.
Nens ‘guerrers’: eduquem diferent nenes i nens
Al costat de nous models masculins conviuen actituds molt masclistes que, segons els sociòlegs, tenen el seu origen en la manera com eduquem els nens i les nenes. “Des que neixen als nens se’ls segueix tractant com els protagonistes i se’ls educa com a guerrers i triomfadors que han de ser durs, i de la nena s’espera que sigui tranquil·la, protectora i es porti bé”, apunta la sociòloga Marina Subirats, que assegura que als tres anys els nens ja tenen adquirida la jerarquia de gènere i es creuen superiors a les nenes perquè la societat així els hi ha transmès a través de diferències en el joc i les joguines, els colors o els dibuixos. Elles, princeses Disney i color rosa. Ells, superherois i color blau. “I a partir d’aquí, els masclismes es van desenvolupant”, alerta Subirats, que assenyala el pati de l’escola com un altre focus de micromasclisme, ja que s’ha imposat com a únic model de joc la pràctica de l’esport en què el nen és el protagonista. “Fins que no eduquem els nens i les nenes sense aquests mandats de gènere, serà difícil canviar les coses, però primer hem de transformar la societat; és un peix que es mossega la cua”, raona Abril. No és només l’educació que reben a casa, és també el que veuen: dones mestres a l’escola bressol i professors a la universitat.
Rols sexistes en les relacions adolescents
Què ha passat perquè hi hagi adolescents que reprodueixin en les seves relacions actituds com la gelosia, el control o la possessió? “Això -opina Sara Moreno- no es pot desvincular d’una societat de consum que dóna missatges masclistes i que hipersexualitza el cos de la dona”. Les pel·lícules, les cançons i alguns programes televisius reprodueixen relacions desiguals entre home i dona en què es potencia la imatge de dona sexi i provocativa i d’home fort i mascle.
“Els nois segueixen creient en la masculinitat agressiva i potent que recorre a l’extrem i a la violència per reafirmar-se”, diuen Margarita Petit i Montse Prat, autores de l’estudi Prevenció de la violència de gènere en l’adolescència. L’amor romàntic i els estereotips “posen les bases per instaurar una relació d’abús i submissió que acabarà en violència”, sostenen. Un terç dels joves pensen que és normal que ells controlin les seves parelles, i el mòbil i les noves tecnologies es posen al servei del masclisme.
Els micromasclismes de la vida quotidiana
Anar a un concessionari i que el venedor s’adreci majoritàriament a l’home o demanar una cervesa i un refresc i que s’assumeixi que la cervesa és per a l’home. La vida quotidiana és plena del que s’anomena micromasclisme, actituds gairebé imperceptibles que hem acceptat com a normals. El llenguatge quotidià és ple d’expressions masclistes, però també l’imaginari col·lectiu. Els joves reconeixen que un noi que lliga està ben valorat mentre que a una dona se la considera una fresca. ¿I quants homes no han compartit en els grups de WhatsApp vídeos o acudits sexistes mentre pensen que ells són d’allò més igualitaris?
“Vivim en un context en què té més valor el que és construït com a masculí per sobre del que és construït com a femení, i aquest és l’origen dels micromasclismes”, raona Moreno, que apunta que si existeix el micromasclisme és perquè la feina es distribueix de forma “desigual”: “La remunerada és responsabilitat principal de l’home, i la domèstica i de cura, de la dona”.
L’arribada dels fills, font de desigualtat
Les parelles joves són teòricament igualitàries fins que arriben els fills. Llavors és quan es tradicionalitzen. En parelles sense fills els homes assumeixen una part important de les feines de casa -tot un avenç respecte de generacions anteriors- però a mesura que la càrrega familiar augmenta i les responsabilitats professionals també, ells donen prioritat al vessant laboral, conclou l’estudi Ideals igualitaris i plans tradicionals: anàlisi de parelles primerenques a Espanya. “No és com abans, que els homes no entraven ni a la cuina. Ara hi entren però un «què vols que faci?» és molt diferent a ocupar-se realment de l’organització de la llar”, diu Subirats. En la majoria de parelles estudiades, els homes es conformen amb el rol de cuidador secundari i argumenten que no agafen excedències ni reduccions de jornada perquè els penalitzaria en la seva carrera professional (i a la dona, no?), no està ben vist a l’empresa o no volen reduir ingressos. A vegades, la decisió pot semblar racional: qui es redueix la jornada és qui té un sou inferior. Però la pregunta clau, segons Moreno, és: per què cobra menys, la dona?
Maternitat intensiva: dones que no deleguen
Així com hi ha moltes formes de ser pare també hi ha molts tipus de maternitat, i hi ha dones que estan convertint la maternitat en una qüestió “identitària” que “dificulta la implicació dels pares i reforça els rols de gènere”, diu Moreno. És un espai en què la dona vol conservar el protagonisme. Elles assumeixen que “cuidaran els fills més bé que ningú i no deixen espai a l’home”, indica Abril. I homes que, per comoditat, ho accepten: “Ella ho fa millor”. Si el canvi és només individual, però no social, la mare pot sentir-se culpable si cedeix a l’home tot el pes de la criança. No està ben vist. En canvi, a ells no se’ls qüestiona que passin moltes hores a la feina.
Noves masculinitats: pares compromesos
No obstant, també han sorgit moviments que reivindiquen una nova masculinitat. Però amb permisos de paternitat de 15 dies no ho tenen fàcil. “La societat no facilita que es dediquin a la cura dels fills”, apunta Abril. El masclisme ha atribuït als pares només la responsabilitat de ser proveïdors i molts s’han perdut l’experiència de participar plenament en el desenvolupament dels fills i se n’han desvinculat emocionalment. Això explicaria que tant nois com noies diguin que tenen més bona comunicació amb la mare, cosa que reafirma el rol de mare cuidadora i pare poc predisposat al diàleg. Calen nous referents paternals perquè són la clau per configurar el concepte d’home en generacions futures, ja que els nens reproduiran el que vegin a casa. I aquest és el camí cap a una societat més igualitària.

diumenge, 5 de febrer del 2017

2a lectura de C2

La 2a lectura de C2 serà:

Control de la lectura: 5 d'abril de 2017. C2 17A.
                                 6 d'abril de 2017. C2 19B.

2n llibre de B1

La 2a lectura de B1 serà: